Esta semana hemos estado (Fructu e Ibana) en la casa con nuestros hijos Teo e Iona, que contaban los días para llegar a Ligonde.
Ha sido una semana realmente fantástica, con nosotros estubieron amigos muy queridos (Natan, Tere, Carlos y Paulo; Jonás, Lisa y Abi; dos encantadores hermanos de Málaga y un voluntario de última hora de Barcelona).
La verdad es que hemos estado realmente en familia, compartiendo y aprendiendo unos de otros. El servicio a los peregrinos a sido fabuloso y su respuesta hacia el refugio y los materiales buenísima.
Esta semana por fín pudimos montar O Camiño da Alma en condiciones, en una gran tienda en el terreno frente a la casa, y la respuesta por parte de los peregrinos no podía ser mejor. Todos los que durmieron en el refugio visitaron este espacio. Una peregrina italiana con lágrimas en los ojos me transmitió lo mucho que le había gustado y un peregrino argentino (católico) con el que pude mantener una larga conversación, me transmitió que después de pasar por O Camiño da Alma, se había dado cuenta de que son muchas más cosas las que nos unen que las que nos separan a católicos y protestantes.
Estamos muy contentos viendo como Dios está usando La Fuente para seguir cruzandose en el camino de muchas personas. Ánimo a los hospitaleros que estais por llegar.
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